El 30% de las fumadoras siguen fumando en las primeras semanas de embarazo. Si este es tu caso, aquí te contamos las razones para dejarlo de INMEDIATO:
Las fumadoras embarazadas encienden una media de 13 cigarrillos al día. Si se suman, a lo largo del embarazo se expone al bebé a las sustancias nocivas de 3.640 cigarrillos. Al fumar un cigarrillo estás inhalando más de 4.700 sustancias nocivas.
Cuando la embarazada deja de fumar, la recompensa se siente al poco tiempo: transcurridos unos 20 minutos, baja el pulso y la presión sanguínea. El contenido de monóxido de carbono en el organismo se reduce a las ocho horas y 24 horas después ya remite el riesgo de infarto.
CONSECUENCIAS:
- Mayor riesgo de tener hijos con bajo peso al nacer (*).
(*) bebé de la izquierda
- Mayor riesgo de infecciones respiratorias y asma durante los dos
primeros años de vida.
- Menores tasas de lactancia materna.
- Desarrollo de alteraciones endocrinas en el recién nacido.
- Complicaciones más graves como el síndrome de muerte súbita del
lactante.
- Mayor mortalidad perinatal.
- Aumento del riesgo de aborto.
- Aumento de malformaciones congénitas (labio leporino, pie zambo…
etc.) en el recién nacido.
- Déficit cognitivos y alteraciones de comportamiento a largo
plazo.
A
todo esto hay que añadir
los efectos nocivos que tiene el tabaco sobre la propia salud de la mujer,
tanto si está embarazada como si no. Según el Centro para el Control y
Prevención de Enfermedades, el consumo de tabaco, entre otros muchos
efectos, aumenta el riesgo de sufrir determinadas complicaciones durante el
embarazo como:
- Placenta
previa: la placenta se implanta (de manera total o parcial)
en la porción inferior del útero, de tal manera que puede ocluir el cuello
del útero.
- Desprendimiento
de placenta.
- Aumento del riesgo de tener un embarazo
ectópico (embarazo fuera
del útero).
¿LE PREGUNTASTE SI QUERÍA FUMAR?