sábado, 14 de diciembre de 2013

Incompetencia cervical en el embarazo

Este problema provoca que el cuello uterino se abra antes del término del embarazo originando un aborto espontáneo o un parto prematuro. Detectarlo a tiempo para tratarlo quirúrgicamente es vital para evitar riesgos.





¿QUÉ ES LA INCOMPETENCIA CERVICAL?



La incompetencia cervical, también conocida como cuello uterino incompetente, consiste en la incapacidad del cuello (abertura) del útero para permanecer cerrado hasta el final del embarazo



En condiciones normales, el cuello del útero adelgaza en la etapa final del embarazo, preparándose para el trabajo de parto. Sin embargo, si la mujer presenta insuficiencia cervical, el cuello uterino se abre antes del término del embarazo originando un aborto espontáneo o un parto prematuro.
Aproximadamente el 25% de los abortos espontáneos que se producen después de la semana 16 se vinculan a este trastorno.

CAUSAS DE LA INCOMPETENCIA CERVICAL

Se desconoce la causa exacta de la incompetencia cervical, pero se asocia a los siguientes factores:
  • Procedimiento quirúrgico previo que haya producido daños en el cuello uterino.
  • Desarrollo anormal congénito del cuello uterino.
  • Parto previo traumático.
  • Abortos repetidos (especialmente en el segundo trimestre del embarazo).
  • Embarazo múltiple.
  • Escasa longitud del cuello uterino (lo normal es que mida de 2 a 2,5 centímetros).

SABER MÁS:




Los calambres en el embarazo

Sufrir de calambres en el embarazo es normal; no es algo de lo que la futura mamá tenga que preocuparse. Más allá de esto, los calambres pueden ser muy molestos y es conveniente tomar medidas para mejorar la situación durante la gestación.

Generalmente, los calambres en el embarazo suelen presentarse a partir del segundo trimestre, aunque algunas mujeres empiezan a tenerlos durante el tercer trimestre. Su principal causa es el gran tamaño del vientre, que provoca una sobrecarga en el cuerpo, tanto en los huesos como en los músculos. Los calambres son la manera en que el cuerpo avisa que está trabajando demasiado.

Asimismo, otras causas de los calambres, se relacionan con los cambios que se están dando en el organismo materno, particularmente las carencias de algunas sustancias fundamentales como pueden ser calcio y potasio, o por el contrario exceso de fósforo. En este caso, los calambres se pueden solucionar llevando una dieta más acorde y sana que regule tales sustancias.

Consejos para prevenir los calambres:
  • Lo primero que se debe hacer es consultar al ginecólogo. Él es la persona que más conoce sobre los proceso de gestación, y es quien debería revisar la dieta que llevas para aconsejarte cambios, suplementos, o derivarte al nutricionista.
  • Una medida que ayuda mucho contra los calambres es consumir un vaso de leche por la noche, antes de irse a dormir. Esto se debe a que la leche contiene mucho calcio, lo que ayuda a evitar calambres y hormigueos; también puede sustituirse la leche por un plátano, que tiene potasio y también previene estas molestias musculares.
  • Realizar estiramientos de los músculos. Se recomienda estirar los grandes grupos musculares antes de ir a dormir. De la misma forma, en caso de despertar acalambrada, debe alternarse suavemente el estiramiento y contracción del músculo para que se relaje.
  • En el momento de estar sentada, es mejor evitar la postura de piernas cruzadas, al menos por períodos largos. Esa posición recarga una pierna de peso y hace que se vuelva más propensa a sufrir de calambres.
  • Darse masajes en las pantorrillas y muslos, especialmente antes de acostarse por la noche. Los músculos también pueden aflojarse con el calor, por lo que puede usarse una bolsa térmica tibia en la zona de los calambres para aliviar los músculos. 
  • Es importante, cada vez que se tenga un calambre y luego de que ha desaparecido, dedicar unos minutos a caminar alrededor de la cama para que el calambre no vuelva. Realizar ejercicios como caminar durante el embarazo ayuda a fortalecer los músculos del cuerpo, permitiendo que estén mejor preparados para cargar con el peso del vientre. 
De esta manera, con una correcta alimentación y una buena preparación física los calambres desaparecerán o disminuirán más rápidamente, además de mejorar las condiciones generales de salud y vitalidad del cuerpo materno para estar más preparadas inclusive al momento del parto.

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¿Cómo darle medicamentos a tu niño de manera segura y eficaz?

Los niños son más sensibles a los medicamentos que los adultos. Incluso los medicamentos de venta sin receta médica más inofensivos podrían resultar ineficaces o dañinos para tu pequeño. Aquí te ofrecemos algunos consejos que te ayudarán a darle a tu niño los medicamentos con confianza. 



¡Consulta a los expertos!

Consulta con el farmacéutico o con el pediatra acerca del medicamento que le darás a tu niño. Si se trata de un medicamento prescrito por el médico, investiga cuál es su acción específica y qué efectos secundarios podría tener. Averigua cuándo debería empezar a surtir efecto y por cuánto tiempo se lo deberías dar. 

Ten en cuenta lo siguiente: 
• ¿Interactuará este medicamento con alguna otra medicina que esté tomando tu pequeño? 
• ¿Qué deberías hacer si te olvidas de darle a tu hijo una dosis? 
• ¿Necesitas guardar el medicamento en el refrigerador o simplemente lejos del calor o la luz? 
• ¿Es necesario mantener a tu niño alejado de la luz solar mientras está bajo los efectos del medicamento? 
• ¿Se lo puedes dar con las comidas, o deberías evitar ofrecerle a tu pequeño ciertos alimentos junto con el medicamento? 


Algunas medicinas deben tomarse después de la comida mientras que otras con el estómago vacío. Otras, el organismo las absorbe mejor si son acompañadas con determinados alimentos. 




Antes de que te vayas a tu casa, asegúrate de entender bien la dosis y cómo y cuándo dársela a tu niño

Si estás pensando en darle a tu hijo un medicamento de venta sin receta, primero pregúntale al médico o farmacéutico si es seguro para tu hijo. Si en el envase no se especifica una dosis para niños, podría no ser apropiado. Y recuerda preguntar por los posibles efectos secundarios y las interacciones con otros medicamentos. 

Y no dejes de avisarle al médico y al farmacéutico acerca de las alergias que pudiera tener tu niño


Administra la dosis correcta

Solamente el 30 por ciento de las personas a cargo del cuidado de los niños pudieron identificar y medir de forma precisa la cantidad correcta de los medicamentos para sus niños. 


¿Cómo puedes estar segura de que tu bebé está tomando la cantidad de medicamento que necesita? 

Aquí tienes algunos detalles más para tener en cuenta: 

• Lee las instrucciones con mucha atención. 
• Presta mucha atención a los números que se incluyen en las instrucciones. 
• Ten cuidado con los medicamentos concentrados. 
• Conoce el peso de tu pequeño. 
• Asegúrate de agitar los medicamentos líquidos. 
• No confundas cucharaditas con cucharadas. 
• No hagas cálculos mentales.
• No exageres. 
• Llama al médico si observas cualquier efecto secundario inesperado.
• Qué hacer si tu niño no retiene el medicamento. 
• Otras recomendaciones importantes.
 Es fundamental que no le des a tu hijo la receta de otro niño, ni una receta vieja y nunca le des aspirina, porque podría producir una enfermedad grave denominada síndrome de Reye. Y échale un vistazo a nuestro artículo sobre medicamentos que no debes darle a tu bebé. 


¿Qué hacer para que tome la medicina?

Quizás tu niño se resista a tomar el medicamento, especialmente si su sabor no es muy bueno. Si ese fuera el caso, tal vez te convenga consultar con el farmacéutico acerca de los preparados saborizados (que le darán al medicamento diferentes gustos), para hacer que el remedio sea más agradable a su paladar. 

Sin embargo, no agregues el medicamento a un biberón de leche o a un vaso de jugo. Si el niño no se lo toma todo, no recibirá la dosis completa. 

 

Si tu niño ya tiene edad para ingerir sólidos, otra alternativa es consultar con el médico para ver si puede recomendarte o recetarle la medicina en comprimidos. Así podrás triturarla y mezclarla con un poco de yogurt o puré de manzana. 

Trata de darle la medicina a tu niño con entusiasmo pero no llames al medicamento “caramelo". Si le dices que el medicamento es una golosina, tal vez te ayude a dárselo sin ninguna dificultad la primera vez. Pero este truco puede ser contraproducente porque si por casualidad el niño se topa con el envase, quizás decida tomarse todo “su caramelo”. 



El masaje cráneo facial

El cráneo facial es uno de los masajes en los que tendremos que poner más atención, debido a que se trata de una zona muy frágil de su cuerpo.
 Te lo explicamos ahora, paso a paso. 
El masaje cráneo facial es un tipo de masaje que ayuda a relajar el sistema nervioso de la zona del cráneo y de la cara. Al realizarlo, notarás que tu bebé se relaja y se tranquiliza. Será un momento muy agradable para ambos.

Sin embargo, para realizarlo correctamente, hay que tener en cuenta una serie de precauciones.

  • Es necesario poner un cuidado especial a la hora de poner nuestras manos en la carita del bebé. 
  • Hay que evitar en todo momento taparle los ojos para no bloquearle su campo de visión.
  • Cuando presionemos cerca de su boca, tendremos en cuenta que tiene el reflejo de succión y éste hace que involuntariamente gire hacia el lado de la presión, abra la boca y comience a succionar.
  • Evitaremos también, realizar presión directa sobre las suturas del cráneo, comunmente llamadas fontanelas. 


Pulgares hacia fuera, en la frente.
Colocamos ambos pulgares en el centro de la frente del bebé y los deslizamos hacia fuera, tres veces.








Presiones en la frente
Imaginamos que el ancho de la frente se divide en cuatro líneas y presionemos estas líneas imaginarias con la yema de los dedos pulgares.








Pellizcos en las cejas
Con nuestra mano en forma de pinza, entre el pulgar y el índice, hacemos suaves y pequeños pellizcos en las cejas del centro hacia los lados. Tres veces.







Presión de pómulos a mandíbulas
En los pómulos, presionaremos por debajo de los ojos, tres veces.









En las aletas de la nariz, presionamos tres veces.










En el labio superior, volvemos a presionar tres veces.










Y en labio inferior, presionamos otras tres veces.










Damos la vuelta al bebé. Presionamos la zona del cuello, con la yema de los dedos anulares. Dibujamos una línea imaginaria del cuello a los hombros y la presionamos arrastrando los dedos anulares.








Realizamos una pequeña presión en la zona occipital de la cabeza. 
Friccionamos la zona en círculos, con los dedos índice, corazón y anular.