domingo, 22 de diciembre de 2013

Mi pelo se me cae, ¿es normal?

En realidad, los cambios hormonales que se producen durante el embarazo hacen que el cabello de la mayoría de las mujeres se vea más sano. Es más común que el cabello se caiga después del nacimiento del bebé, y no cuando estás embarazada. La pérdida del cabello durante el embarazo es bastante poco corriente. 

Hay poca información disponible acerca de la pérdida del cabello durante el embarazo, pero una posibilidad es que el cabello seco se vuelva más seco como consecuencia del aumento de los niveles de progesterona. Si te sucede esto, tu cabello estará más propenso a resquebrajarse y romperse, especialmente en los últimos meses del embarazo. Si se quiebra cerca de las raíces puede dar la sensación de que se te está cayendo el cabello, aunque no sea así. De todas formas, te puede resultar muy molesto. 

Consulta a tu comadrona o médico para asegurarte de que no exista ninguna otra razón que cause el problema, especialmente si padeces una condición médica o tienes unas exigencias dietéticas a largo plazo. 



Mientras tanto: 

  • No te cepilles demasiado el cabello
  • Utiliza un champú suave
  • Ponte en contacto con un peluquero competente para que te asesore
  • Ten cuidado con el uso de productos químicos, como por ejemplo tintes o productos para hacerte la permanente, ya que tu cabello puede reaccionar a los tratamientos de forma distinta a la habitual cuando estás embarazada.

Puedes tener casi la certeza de que tu cabello volverá a la normalidad después del nacimiento de tu bebé, y no hay ninguna razón para pensar que volverá a ocurrir lo mismo en un embarazo futuro. 

¿Debo coger mucho en brazos a mi bebé?

Cristina Silvente, psicóloga perinatal, nos habla de este artículo sobre la importancia de mimar al bebé.

A cualquier madre o padre, algún familiar, o la vecina o cualquier señora que pasea por la calle le ha dejado caer la recomendación: "no cojas al bebé en brazos que se malcrían". Esto no es sólo imposible en bebés que no caminan (cómo lo hacemos para darles de comer siquiera), sino que no se basa en ninguna evidencia científica; es más, no cogerlos podría ser perjudicial para su desarrollo psicológico.

Desde hace décadas, se conocen los efectos del déficit de contacto físico en bebés, especialmente en niños huérfanos y en bebés ingresados. Se conoce como la Teoría del Apego, desarrollada por autores como John Bowlby, Harry Harlow, Mary Ainsworth, entre otros. 
El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño/a con sus cuidadores y le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad. Habla de la necesidad del bebé de estar próximo a su madre, de ser acunado en brazos, protegido y cuidado.

Para quien quiera profundizar más, El amor maternal de Sue Gerhardt tendría que ser su libro de cabecera. Gerhardt, afirma, en base a los conociminentos de neurociencia, que el "bebé, para su desarrollo no necesita ayudas pedagógicas o culturales, sino que es más apropiado, simplemente, cogerlo en brazos y disfrutar de él". Las áreas del cerebro que en el futuro serán responsables del comportamiento social, la regulación emocional, el afrontamiento al estrés se desarrollan durante los primeros años de vida. 

Según hayan sido sus cuidados, lo harán normalmente o de forma deficitaria con implicaciones en su conducta social y su salud mental futura. 
"Las primeras fuentes de placer son el olfato, el tacto y el oído. Sentirse amorosamente en brazos del progenitor es el estímulo más importante para el desarrollo".
Las caricias ayudan a regular el sistema nervioso del bebé. También las miradas son importantes. Según Allan Schore, experto en trauma y alteraciones afectivas, las miradas positivas son el estímulo más importante para el crecimiento de la inteligencia social y emocional del cerebro. Un gran número de experiencias positivas en los comienzos de la vida da lugar a más conexiones neuronales,es decir, mayor rendimiento y habilidad.

Por otro lado, separarse del bebé puede ser una gran fuente de estrés. Dejar llorar a los bebés y no cogerlos sistemáticamente puede ser una fuente de trauma e impedir que se desarrollen estas áreas cerebrales, pudiendo provocar niños más dependientes, con más dificultades de autorregulación, menos capacidades de afrontamiento a situaciones de estrés, menor seguridad en sí mismos.

Son muy interesantes intervenciones en prematuros como el Método Madre Canguro que se está desarrollando en algunos servicios de neonatología en nuestro país. El libro de Adolfo Gómez-Papi El poder de las caricias puede ser un buen complemento.
Desde la Antropología, la Medicina y la Psicología se está dando cada vez más importancia al contacto piel con piel, al llevar a los bebés en brazos o en portabebés, a atender su lloro, más allá de si tiene hambre, sed, tiene el pañal sucio, tiene frío o calor. 

Por lo tanto:
  • Coge a tu hijo en brazos siempre que puedas, o que te lo pida, dé señales o tú lo veas. 
  • Los masajes, el piel con piel, ayudan a su desarrollo psicofisiológico.
  • Mírale con ojos amorosos.
  • Estar cerca le ayuda a crear seguridad e independencia y capacidad para poder explotar más adelante su ambiente.
  • Los bebés siempre lloran por alguna razón, necesitan ser atendidos lo antes posibles.

Fuente: Cristina Silvente (Psicóloga de la Salud y Perinatal) 
              www.cristinasilvente.com

Cómo bajar la fiebre de tu bebé

La temperatura corporal del bebé oscila entre 36,5º y 37,5ºC dependiendo del momento del día. Cuando se eleva por encima de 38º, el bebé tiene fiebre (entre 37,5º y 37,9º se habla de febrícula) y conviene que le explore el pediatra. Si el niño tiene más de 40º o es menor de tres meses y tiene más de 38º o está decaído, llora mucho o no come nada, hay que acudir a urgencias.
La fiebre es un mecanismo de defensa del organismo. En los bebés casi siempre se debe a una infección (la temperatura elevada impide que los gérmenes se multipliquen y la infección avance), aunque puede aparecer también por exceso de calor o falta de líquidos.
Cuando el bebé tiene más de 38º y se encuentra molesto (llora, está inquieto...), conviene tratar de bajar la fiebre con medios físicos o con un fármaco antitérmico.

Consejos para bajar la fiebre del bebé:

1. Ofrécele el pecho o el biberón a menudo. Cuando ya no toma pecho, agua entre tomas, para hidratarlo. La fiebre puede hacer que pierda líquidos rápidamente.

2. Lo primero que hay que hacer es quitarle ropa para evitar que la temperatura de su cuerpo suba más. Un body y una sabanita son suficientes. Si está despierto, puedes dejarlo un rato destapado.
3. Si lo notas muy caliente, puedes dejarlo solo con el pañal, siempre que el cuarto esté caldeado y no haya corrientes. Túmbalo sobre una toalla y desvístelo con mucha suvidad.
Bien hidratado


4. Para bajarle la temperatura aplícale paños húmedos en la frente, las muñecas, las ingles, los brazos y las extremidades.
Bien hidratado
5. Déjale los pañitos húmedos puestos durante un par de minutos.
Bien hidratado
6. El baño de agua tibia se desaconseja en los bebés pequeñitos porque el cambio brusco de temperatura puede bajarles la tensión. Es mejor refrescarle las extremidades (nunca el cuerpo) con una esponja húmeda.
Bien hidratado
7. Si el pediatra aconseja un antitérmico, intenta dárselo justo antes de la toma para que no lo eche si regurgita. El ibuprofeno se debe tomar con la comida, porque puede irritar el estómago.
Bien hidratado

Terapia musical para bebés prematuros


Un estudio apunta que la medicina puede beneficiar a los bebés prematuros en su desarrollo.

Un estudio hecho en 11 hospitales mostró que la música puede ser benéfica para los bebés prematuros. Los investigadores concluyeron que  ayuda a disminuir la velocidad de los latidos, calmar la respiración, mejorar capacidades para mamar, ayudar al sueño y proveer de tranquilidad a los recién nacidos, en suma ayuda a los prematuros a dirigir más energía hacia su desarrollo.
En algunos hospitales de Estados Unidos, se cree que la música puede ser tan efectiva y más segura que sedar a los bebés para procedimientos como monitoreo del cerebro o sonogramas cardiacos. Varios especialistas en neonatos afirman que los pequeños que reciben terapia musical dejan el hospital más rápido.
El Dr. Thomas Truman, director del cuidado intensivo neonatal y pediátrico del Tallahassee Memorial Hospital de Florida, dijo que los bebés a quienes les ponían música “se van más rápido por lo menos un par de días comparado con los bebés que no reciben terapia musical. La música los ayuda a reducir sus niveles de estrés y pueden dedicar más de su oxígeno y calorías a desarrollarse y crecer. Una de las razones podría ser que la música es un sonido organizado y armonioso frente al ruido que hay en el hospital como maquinaria, rondas de médicos de hasta 12 personas, ventiladores, el oxígeno, etcétera.
El estudio de dos años separó los elementos musicales –ritmo, melodía, timbre– para observar los efectos en los latidos, respiración, reflejo de mama, estado de alerta y sueño.
Durante dos semanas 272 prematuros fueron a varias sesiones musicales de dos instrumentos y cantos. “Se intentó que la música de los instrumentos y los cantos de canciones de cuna se aproximaran un poco a los sonidos del vientre.” Ritmos de dos tonos, como el cardiaco, fueron tocados en una gato box, un tambor de madera rectangular. 
También se agregaron sonidos de marea y palos de lluvia.
No sólo se estudiaron los signos vitales de los bebés mediante los monitores, también se observaron atentamente en el bebé signos como el movimiento de los ojos y la inhalación y exhalación reflejada en el movimiento del pecho.
Los investigadores encontraron que con la gato box, los sonidos de marea y el canto se disminuyó la velocidad de los latidos de los bebés. El reflejo de mama mejoró con el sonido de la gato box y la agitación en la respiración y el sueño mejoraron con los sonidos de marea.


 TEMAS QUE PUEDEN INTERESARTE:

sábado, 21 de diciembre de 2013

Posición de la cabecita del bebé para dormir

Para dormir, para jugar, para curiosear... el bebé necesita una posición diferente para cada actividad. Veamos cuándo hay que cambiarle de postura.

Cómo acostar al niño

La imagen de un bebé durmiendo boca arriba y con los brazos y piernas abiertos y relajados nos proporciona una agradable sensación de paz, tranquilidad y ternura.
Pero hay más, esta postura, recomendada desde hace algunos años por los pediatras de todo el mundo, ha salvado la vida de muchos niños. Hasta que se descubrió que dormir boca abajo podría ser un factor más en provocar el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL), era muy habitual acostar al niño sobre su tripita: se creía que de esta forma expulsaba mejor los gases y, si vomitaba, se evitaba su asfixia. Cuando se comprobó que, por el contrario, eso no hacía más que aumentar el riesgo de asfixia, se recomendó cambiar la posición, al menos durante el descanso del bebé.
Según las últimas investigaciones, una anomalía en una parte del cerebro que controla la respiración, el ritmo cardiaco y el despertar podría ser la causa del SMSL. Cada año mueren por este síndrome aproximadamente siete de cada 10.000 bebés durante los primeros meses de vida. Y eso que ha descendido en más de un 50% desde que los niños duermen boca arriba.

Consejos para prevenir la muerte súbita

Pero para prevenir la muerte súbita mientras el pequeño duerme, además de colocarle boca arriba, hay que tomar otras medidas:
  • Si tiene reflujo, conviene que el colchón esté elevado unos 45 grados.
  • Dentro de la cuna no debe haber juguetes.
  • Las almohadas están totalmente desaconsejadas.
  • El colchón ha de ser firme, nunca blando o demasiado mullido.
  • Es fundamental no abrigarle demasiado. Debemos evitar el exceso de ropa y temperaturas elevadas en su habitación.
  • Fumar o tomar drogas durante el embarazo y la lactancia es altamente peligroso.
  • Por último, hemos de mantener limpio el ambiente, no permitir que se fume y preparar su habitación con antelación (si se va a pintar, hacerlo al menos una o dos semanas antes de su llegada a casa).

Inconvenientes


  • Tener al bebé acostado boca arriba durante varias horas al día ha provocado un aumento importante de casos de plagiocefalia, que es la deformación del cráneo, e incluso de un lado de la cara, por una presión constante sobre la misma zona de la cabeza. Al estar tanto tiempo apoyado sobre el colchón de la cuna o el cochecito, la cabeza, sumamente blanda y con las suturas y fontanelas aún abiertas, se va deformando y aplanando poco a poco, sobre todo en la zona superior de la nuca.
  • Por eso, la posición boca arriba mientras duerme no debería mantenerse sobre un punto de apoyo fijo del cráneo, sino que de vez en cuando conviene realizar cambios de postura, alternando el giro de la cabeza hacia derecha e izquierda. El resto del día, mientras el niño esté despierto, conviene cambiarle de postura, cogerle en brazos y también colocarlo boca abajo.
  • Estar con la barriguita sobre el colchón, además de prevenir la deformación de la cabeza, es sumamente beneficioso para el desarrollo del bebé. Colocarle boca abajo algunos ratos al día le ayudará a conseguir una buena extensión de la columna. Además, podrá adquirir progresivamente el tono muscular necesario para, primero, sujetar la cabeza y, posteriormente, lograr desarrollar otras destrezas como darse la vuelta o gatear.
  • Gracias a este ejercicio continuado, a medida que vaya creciendo, el pequeño adquirirá mucha más fortaleza y coordinación en los músculos de la parte superior del cuerpo.
  • Además, desde el punto de vista sensorial, esta posición le proporciona una perspectiva diferente y completamente nueva de todo lo que le rodea. Eso sí, tiene que estar despierto y vigilado constantemente. Y otra cosa a tener en cuenta: es mejor ponerle boca abajo preferentemente antes de la toma, en especial durante los primeros meses de vida, en los que el esfuerzo que debe realizar para sostener la cabecita puede provocarle el vómito.
  • Seguir leyendo...


¿Cómo serán los ojos de mi bebé?

Te explicamos como los genes determinan el color de ojos de tu bebé.

Seguro que ya sabes que la genética determinará su color de ojos, pero aún así, no es tan fácil como sumar y dividir los rasgos de los padres.
Los expertos estiman que hay entre 60.000 y 100.000 genes (que componen el ADN) en los 46 cromosomas de un ser humano. Un bebé hereda 23 de la madre y 23 del padre.
Con todas las posibles combinaciones genéticas, ¡un bebé tiene el potencial de producir 64 billones de niños diferentes! Eso debe darte una idea de lo imposible que es predecir la apariencia de tu bebé.

Con respecto al color de ojos, si sólo hubiera un par de genes que lo determinase, habría tan sólo tres colores como máximo: marrón, azul y quizá verde.
Pero hay una amplia gama de tonos diferentes porque el color de ojos es una características poligénica

El color depende de la cantidad de melanina, o pigmento marrón, en el iris. Los ojos oscuros tienen mucho, los azules muy poco, y los otros colores, como verde y avellana, tienen cantidades variables. 

Diferentes genes determinarán la cantidad de pigmento marrón que heredará tu bebé y donde aparecerá en el ojo (el color del centro del iris puede ser diferente al del borde), y por eso las posibilidades son inmensas. De hecho, no es insólito que padres de ojos azules tengan un hijo con ojos marrones.

Trabajo y embarazo

¿Puedo trabajar hasta el final de mi embarazo?

Si tienes buena salud, llevas un embarazo normal y trabajas en un entorno seguro, puedes trabajar hasta el día del parto o pocos días antes. 

Hacia el final de la gestación quizás te canses más fácilmente, por lo que es recomendable que no te esfuerces mucho. Y tampoco te fuerces a seguir trabajando hasta el último segundo: si puedes permitirte empezar la baja por maternidad una semana o dos antes de la fecha prevista para dar a luz, aprovecha ese tiempo para reposar, prepararte para el nacimiento del bebé y relajarte un poco. 

Revisa también las condiciones de la incapacidad por maternidad en tu país. En algunos países, como México, las leyes requieren que la incapacidad comience algunas semanas antes de la fecha probable de parto



¿Y si tengo un trabajo que exige mucho esfuerzo?

Según qué profesión tengas, quizás te veas obligada a adoptar algunos cambios en tu trabajo mientras dure el embarazo. Algunos estudios muestran que las mujeres que trabajan en ocupaciones que exigen mucho desgaste físico durante el embarazo —levantando cosas pesadas, estando paradas por largos periodos, con horarios irregulares o excesivos, amén de otras variables — tienen más probabilidades de dar a luz prematuramente, tener niños con bajo peso al nacer y desarrollar presión arterial alta durante la gestación. 

Si tienes un trabajo físicamente exigente tendrás que decidir cómo balancearlo con tu estado actual. Lo mejor sería que asumieras una actividad menos dura durante los meses que estás encinta. Por ejemplo, puedes proponer intercambiar funciones con una compañera que desempeñe tareas de escritorio, y que ella haga las labores que exigen caminar o estar parada. 

¿Qué debo hacer si trabajo cerca de sustancias tóxicas?

Si trabajas en un entorno donde puedas entrar en contacto con sustancias peligrosas para la salud reproductiva como el plomo o el mercurio, productos químicos como disolventes, ciertos agentes biológicos, o estás expuesta a radiación, necesitas cambiar de puesto de trabajo, sin ninguna duda, preferiblemente incluso antes de la concepción del bebé. Todos estos elementos son teratógenos, es decir, son agentes susceptibles de causar abortos espontáneos, partos prematuros, malformaciones estructurales congénitas y un desarrollo anormal del bebé y del niño, incluso si entras en contacto con ellos antes del embarazo. 

¿Qué complicaciones me podrían forzar a dejar de trabajar?

Ésta es una lista de las afecciones o factores de riesgo más comunes que pueden obligarte a dejar de trabajar o a reducir tus horario laboral durante el embarazo: 
  • Si corres peligro de tener un parto prematuro. Esto abarca a las mujeres que esperan gemelos o más bebés.
  • Si sufres de presión arterial alta o tienes riesgo de preeclampsia.
  • Si sufres una insuficiencia cervical o tienes un historial de abortos espontáneos cerca del término.
  • Si tu bebé no se está desarrollando correctamente.


¿Qué hago si mi jefe no me apoya?

Algunos jefes son muy comprensivos con las empleadas encintas y hacen todo lo posible por facilitarles el trabajo. Otros tienen menos consideración. Y hay quienes hacen comentarios groseros o se quejan abiertamente de las dificultades que les causan los embarazos de sus empleadas. Pero ninguno tiene derecho a discriminarte por estar embarazada. 

Es posible que en tu país tu jefe no tenga por qué darte más descansos que a los demás ni cambiar tu horario. Si crees que tu jefe es especialmente duro contigo, la decisión de seguir trabajando allí depende de ti y de lo que sea mejor para tu familia y el bebé. 


Los primeros dientes de mi bebé


El proceso de dentición normalmente comienza a partir del quinto mes de vida pero nosotros no veremos los primeros dientes de leche hasta el sexto u octavo mes, en dependencia del ritmo de desarrollo que siga cada bebé. Normalmente se trata de un proceso doloroso y molesto para el pequeño por lo que éste se mostrará con frecuencia inapetente e irritable.

Signos que indican la aparición de los dientes


Los primeros dientes en empezar a brotar son los incisivos inferiores. Éstos comenzarán a percibirse cuando las encías se muestren inflamadas, enrojecidas y con una leve coloración blanquecina de fondo que indica la llegada de los primeros dientes.
Por lo general, se trata de un proceso bastante molesto y doloroso que inquieta tanto al bebé como a sus padres, si bien se debe aclarar que todos los pequeños no lo viven de igual manera.


 No obstante, lo más usual es que el bebé se muestre ansioso, que pierda el apetito, que intente llevarse a la boca todo lo que esté a su alcance para controlar el dolor y que incremente la salivación natural. Incluso en algunos casos puede aparecer una ligera fiebre y enrojecimiento de algunas zonas de la piel.

¿Qué hacer?


Cuando los primeros dientes del bebé estén a punto de salir, seguramente se sentirá adolorido y molesto para lo que intentará llevarse a la boca todo lo que encuentra a la mano para calmar su dolor.
 Por eso será oportuno darle un mordedor para bebé (sobre todo los que llevan agua en su interior) para que el pequeño pueda apretar sus encías sin hacerse daño.

De igual manera, se recomienda que los padres le den suaves masajes en las encías para aliviar las molestias.

Se deberá estar atento además al constante babeo del bebé, pues en algunos casos puede provocar sarpullido en la zona del cuello, la barbilla y el pecho. Simplemente deberás secar continuamente al pequeño y cambiarle el babero cuando esté mojado para evitar que la zona se irrite.
En caso de que aparezca una ligera fiebre o si el bebé muestra signos de dolor que no se calma con nada, será oportuno acudir a un pediatra.





viernes, 20 de diciembre de 2013

Cómo aliviar los cólicos de tu bebé


Habrás podido comprobar, si tu bebé padece cólicos, lo difícil que resulta calmarle una vez comienza a llorar. No existe una fórmula definitiva para aliviar los cólicos del bebé lactante. No obstante, se piensa que el contacto físico piel con piel, el calor y algunas posturas pueden ayudar a que el llanto del bebé lactante pierda intensidad e incluso desaparezca.




Los cólicos del lactante son episodios repetidos de llanto intenso e inconsolable. Suelen durar entre 2-3 horas al día, más de 3 días a la semana, casi siempre al final de la tarde-noche.
Durante los mismos, el bebé realiza movimientos de flexión de las extremidades sobre el vientre, a veces ventosea y tiene el abdomen distendido y tenso.
Suelen iniciarse sobre la segunda o tercera semana de vida del bebé y habitualmente desaparecen sobre los 3 meses de edad.

Lo primero que has de hacer si tu bebé tiene cólicos es atenderle. Un bebé que llora quiere comunicar algo. Necesita atención. 
Si tu bebé tiene cólicos, la mejor manera de calmarle será cogerle en brazos, cerca del cuerpo. Acunarle suavemente, cantarle, llevarlo junto al cuerpo en mochila o chal... ayudarán a disminuir la intensidad del llanto. Más allá de los 3 meses, casi ningún niño tiene ya cólicos.

La mejor postura para calmar al bebé con cólicos

La mejor postura para aliviar los cólicos es manteniendo al bebé incorporado, con la cabeza elevada, sobre el hombro de quien lo sostiene.
El "canguro" portabebés es muy eficaz. Algunas madres prefieren sujetar al bebé con un fular portabebés o chal al estilo "indígena".
Otros bebés se calman boca abajo. Puedes colocar a tu bebé sobre el antebrazo o sobre las rodillas. Si le sitúas sobre tu pecho, el contacto corporal será mayor.
Para algunos padres es muy eficaz acostar al bebé con ellos

Efectos de los masajes en el bebé con cólicos del lactante


Muchos padres intentan dar masajes en el abdomen del bebé. Bien con su propia mano, bien flexionando los muslos del bebé sobre su tripa. Ambas cosas pueden ayudar a ventosear al bebé si lo necesita 
Sin embargo, lo más probable es que el bebé con cólicos siga llorando aún después del masaje. Otros prefieren dar un masaje por todo el cuerpo, untándose las manos de crema hidratante o aceite vegetal. Esto es una costumbre procedente de culturas orientales.
Lo que de veras le sirve al niño es el contacto. Aunque no llegue a calmarse.



Calendario de vacunas


- (1) Vacuna antihepatitis B (HB).- 3 dosis según 3 pautas equivalentes: 0, 1, 6 meses o 0, 2, 6 meses o 2, 4, 6 meses, todas adecuadas para hijos de madres seronegativas (HBsAg neg.), siendo las 2 primeras pautas también adecuadas para hijos de madres portadoras del virus de la hepatitis B (HBsAg +). Estos últimos recién nacidos (madres HBsAg +) recibirán en las primeras 12 horas de vida la 1.ª dosis de vacuna y 0,5 ml de inmunoglobulina antihepatitis B, la 2.ª dosis de vacuna a la edad de 1 o 2 meses y la 3.ª dosis a los 6 meses. Si la serología materna es desconocida debe administrarse la 1.ª dosis de vacuna en las primeras 12 horas de vida e investigar la serología inmediatamente y, si resultara positiva, administrar 0,5 ml de inmunoglobulina antihepatitis B en la 1.ª semana de vida (preferentemente en las primeras 72 horas de vida). La administración de 4 dosis de vacuna HB es aceptable si se emplea la vacuna combinada hexavalente a los 2, 4 y 6 meses de edad en niños vacunados de la 1.ª dosis con preparado monocomponente al nacer. Los niños y adolescentes no vacunados recibirán a cualquier edad 3 dosis según la pauta 0,1, 6 meses. 

- (2) Vacuna frente a la difteria, el tétanos y la tos ferina acelular (DTPa/Tdpa).- 6 dosis: primovacunación con 3 dosis de vacuna DTPa; refuerzo a los 15-18 meses (4.ª dosis) con DTPa; a los 4-6 años (5.ª dosis) y a los 11-14 años (preferentemente a los 11-12 años) (6.ª dosis) con el preparado de baja carga antigénica de difteria y tos ferina (Tdpa). 

- (3) Vacuna conjugada frente al Haemophilus influenzae tipo b (Hib).- 4 dosis: primovacunación a los 2, 4, 6 meses y refuerzo a los 15-18 meses (4.ª dosis). 

- (4) Vacuna antipoliomielítica inactivada (VPI).- 4 dosis: primovacunación con 3 dosis y refuerzo a los 15-18 meses (4.ª dosis). 

- (5) Vacuna conjugada frente al meningococo C (MenC).- 3 dosis: la 1.ª a los 2 meses, la 2.ª a los 4 o 6 meses y la 3.ª entre los 12 y 15 meses de edad. 

- (6) Vacuna conjugada frente al neumococo (VNC).- 4 dosis: las 3 primeras a los 2, 4, 6 meses con un refuerzo entre los 12 y 15 meses de edad (4.ª dosis). 

- (7) Vacuna frente al sarampión, la rubeola y la parotiditis (SRP).- 2 dosis de vacuna sarampión-rubeola-parotiditis (triple vírica). La 1.ª a los 12 meses, y la 2.ª a los 2-3 años de edad, preferentemente a los 2 años. 

- (8) Vacuna frente al virus del papiloma humano (VPH).- Sólo para niñas. 3 dosis entre los 11 y los 14 años (preferentemente a los 11-12 años). Pauta de vacunación según el preparado comercial: Gardasil pauta 0, 2, 6 meses y Cervarix pauta 0, 1, 6 meses. 

- (9) Vacuna frente al rotavirus (RV).- 3 dosis de vacuna frente al rotavirus (RotaTeq): a los 2, 4, 6 meses o a los 2, 3, 4 meses. La pauta ha iniciarse entre las 6 y las 12 semanas de vida y debe completarse antes de las 32 semanas de edad. 

- (10) Vacuna frente a la varicela (Var).- 2 dosis: la 1.ª a los 12 meses (es aceptable a los 12-15 meses) y la 2.ª a los 2-3 años de edad, preferentemente a los 2 años. En pacientes susceptibles fuera de las edades anteriores, vacunación con 2 dosis con un intervalo entre ellas de, al menos, 1 mes. 

- (11) Vacuna antigripal (Gripe).- Vacunación anual de pacientes con factores de riesgo y sus convivientes (mayores de 6 meses). 1 dosis en mayores de 9 años; entre 6 meses y 9 años se administrarán 2 dosis la 1.ª vez, con un intervalo de 1 mes y en los años siguientes, si persiste el factor de riesgo, vacunación anual con 1 dosis. 

- (12) Vacuna antihepatitis A (HA).- 2 dosis, con un intervalo de 6-12 meses, a partir de los 12 meses de edad. Vacunación de pacientes con indicación por viajes internacionales a países con endemicidad intermedia o alta, o por pertenecer a grupos de riesgo. 



¿Cómo sé si ha empezado el parto?

¿Hay alguna manera de predecir cuando iniciará la labor del parto?
En realidad, no. Los expertos no saben con seguridad qué es lo que desencadena el inicio del parto y no hay manera de predecir el momento exacto en el que éste empezará. 

De hecho tu cuerpo comienza a "prepararse" para el parto aproximadamente un mes antes del nacimiento. A medida que la fecha se aproxima, puedes empezar a sentir algunos síntomas nuevos, aunque también puede ser que no notes nada. 



Estos son 5 síntomas que puedes experimentar en las semanas o días previos al inicio del parto:

1. Tu bebé desciende:
Si éste es tu primer embarazo, unas semanas antes del comienzo del parto puedes sentir lo que se conoce como "encajamiento". Esto quiere decir que el bebé baja y se encaja en la pelvis, preparándose para el nacimiento. Puedes notar que tienes más peso en la pelvis, pero respiras mejor, porque también disminuye la presión en tu caja torácica.

2. Notas un aumento en las contracciones Braxton Hicks: 
El incremento en la frecuencia de las contracciones puede ser un inicio de preparto, que es el periodo durante el cual el cuello del útero comienza a madurar y se prepara para el verdadero parto.

3. El cuello del útero comienza a cambiar: 
En los días y semanas previos al parto, los cambios en el tejido conectivo del cuello del útero causan que éste se ablande. Además puede que las contracciones realicen el trabajo de afinar el cuello del útero. 
Si ya has dado a luz anteriormente es más probable que el cuello se dilate un centímetro o dos antes del inicio del parto. 

4. Expulsas el tapón mucoso o notas un "flujo con sangre"
Si el cuello del útero comienza a dilatarse al aproximarse el momento del parto, puedes expulsar el tapón mucoso, una cantidad pequeña de flujo mucoso y espeso que ha mantenido sellado el cuello del útero durante los últimos nueve meses. 

Puede que pierdas todo el tapón de una sola vez, o en forma de flujo vaginal intenso durante varios días. El flujo puede estar teñido de sangre (y ser de color marrón, rosa o rojo). Las relaciones sexuales o un tacto vaginal también pueden afectar el tapón mucoso y provocar un flujo sanguinolento, incluso si el parto no va a empezar en los próximos días.

5. Rompes la fuente de agua:
Cuando el saco amniótico lleno del líquido que recubre al bebé se rompe, el fluido se elimina por la vagina. Debes llamar de inmediato a tu médico o partera cuando notes que te empieza a salir líquido, ya sea que salga mucha o poca cantidad. 

La mayoría de las mujeres comienzan a tener contracciones regulares antes de romper la fuente, pero en algunos casos la fuente se rompe antes de que empiecen las contracciones. Generalmente, cuando esto sucede el parto se desencadena rápidamente. 

Si las contracciones no se producen por sí solas en las horas posteriores a la ruptura de la fuente, tendrán que inducirte el parto, ya que tu bebé corre más riesgo de infección al no contar con la protección contra gérmenes que le brindaba el saco amniótico.

Saber más

¿Qué chupete elegir?

El chupete es uno de los compañeros más estables en la mayoría de los bebés. El tipo de chupete que elijas para él puede cambiar con el tiempo, a medida que cambien sus preferencias o le salgan los dientes.


Los americanos lo llaman "pacifier" y no es extraño: el chupete tiene efecto calmante y tranquilizador para el bebé y responde a su instinto natural de succión. Además, se ha demostrado que reduce el riesgo de muerte súbita del lactante.

Las normas de obligado cumplimiento para cualquier chupete

De látex, de silicona, de una pieza, con tetina de gota, anatómica o simétrica...Existe una gran variedad de chupetes en el mercado.
Como indica la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, para que un chupete sea seguro debe cumplir con las normas fijadas por AENOR en 2003. Es decir:
  • El chupete y su cadenita deben estar exentos de puntas o bordes cortantes, y no pueden tener partes desmontables ni llevar pegatinas ni etiquetas.
  • La tetina debe medir un máximo de 33 mm y no puede contener ningún elemento en su interior.
  • El disco que sujeta la tetina tiene que ser lo suficientemente grande como para que el niño no pueda tragárselo y disponer, al menos, de 2 orificios para facilitar el paso del aire y evitar problemas en caso de que, de todas formas, el niño llegase a tragárselo.
  • La cadenita del chupete no puede ser más larga de 220 mm, para evitar el riesgo de estrangulamiento.

Materiales de los chupetes: ¿látex o silicona?

Las tetinas de los chupetes se fabrican con silicona o látex. Elegir una de ellas dependerá, sobre todo, de las preferencias del bebé.
  • Generalmente se recomienda la silicona al menos para los primeros meses ya que no absorbe sabores ni olores y no se deforma con el paso del tiempo. Para los niños con alergia al látex, por supuesto, son la única opción.
  • La tetina de látex suele recomendarse cuando al niño ya le han salido los dientes, porque es un material más resistente a los mordiscos, suave, flexible y produce una sensación de succión muy natural.
Cuidados e higiene del chupete

Se recomienda cambiarlo con frecuencia, sobre todo cuando el niño ya tiene dientes. Así evitamos que pueda separarse algún trocito pequeño de la tetina que el niño pudiera tragarse.

Por otro lado, cambiar el chupete a menudo (e incluso alternar nuevos chupetes) evita que el niño se "enamore" de un chupete concreto y facilita que se lo podamos cambiar cuando el chupete se deteriore con el tiempo.

El chupete debe limpiarse a menudo. Cuando los bebés se hacen mayores, limpiarlo con agua y jabón suele ser suficiente.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Infección por estreptococo B: un riesgo para el recién nacido


El estreptococo grupo B (EGB) es una bacteria que portamos una de cada cuatro mujeres, que pasa de la madre al bebé durante el parto y es la primer causa de infección con riesgo para la vida de los recién nacidos.
Puede que muchas mujeres no sepan que están infectadas porque no tengan ningún síntoma. El germen del estreptococo se aloja en el intestino y/o en la vagina de la mujer y puede ser contagiado al bebé al nacer. Aunque algunos bebés expuestos a la bacteria no sufren ninguna infección, otros pueden desarrollarla durante la primer semana de vida, generalmente dentro de las primeras 24 hs. Incluso, en algunos casos puede aparecer hasta los tres meses de edad.
Es una enfermedad bastante común y benigna en las mujeres embarazadas, sin embargo, puede ser letal para el recién nacido. Por eso, como prevención, el ginecólogo te hará un cultivo vaginal y/o rectal en las últimas semanas de embarazo. Si diera positivo, se trata con antibióticos antes del parto o por vía intravenosa en el momento del parto.
La probabilidad de contagio del bebé es bastante baja (entre 1 y 4 de cada 100). Igualmente, si se sospechara que tu hijo pudiera haber sido infectado, se le harán las pruebas necesarias para detectarlo y tratarlo, ya que puede causar enfermedades muy graves como septicemia, meningitis, neumonía y daños de oído y visión a largo plazo, además de problemas del desarrollo.Actualmente, expertos investigadores están desarrollando una vacuna que aún está en fase de estudio. “Si pudiéramos dar una vacuna para prevenir que las mujeres tengan estreptococo grupo B en la vagina, entonces los bebés no se contagiarían”, afirmó el Dr. Daron Ferris, uno de los propulsores de la vacuna.


¿Cómo adquiere un bebé la infección de EGB?



Los bebés experimentan dos manifestaciones diferentes de la infección de EGB: la infección temprana y la tardía. Los bebés con infección temprana desarrollan síntomas antes de los siete días de edad, generalmente antes de cumplir las seis horas de vida. Aquellos que padecen de infección tardía presentan sus síntomas entre los siete días y los tres meses de edad.
Alrededor del 80% de todas las infecciones de EGB en neonatos es de tipo temprano. Éstas son casi siempre transmitidas de la madre al bebé durante el parto. Las infecciones tardías pueden contraerse en el momento del parto o adquirirse después del nacimiento a través del contacto con otras personas que sean portadoras del EGB.
Cuando una mujer embarazada lleva la bacteria de EGB en la vagina o el recto durante el trabajo de parto y el alumbramiento, existe una probabilidad de 1 en 100 de que su bebé se infecte con el EGB. El riesgo alcanza el 4% cuando la mujer es portadora de la bacteria y desarrolla además ciertos factores de riesgo, como parto prematuro (antes de las 37 semanas de gestación), desgarramiento prematuro de las membranas (antes de las 37 semanas de gestación), desgarramiento prolongado de las membranas (más de 18 horas sin dar a luz al bebé) o fiebre (100,4 ºF [38 ºC] o más) durante el trabajo de parto. Los médicos creen que los bebés se infectan con el EGB cuando la bacteria entra en su cuerpo, por ejemplo cuando ingieren fluidos vaginales que contienen EGB durante el trabajo de parto y el alumbramiento. Entre el 30 y el 70% de los bebés de madres que llevan el EGB en la vagina o el recto nace con la bacteria en la piel, pero la mayoría de ellos no se enferman.




Pautas para la introducción de nuevos alimentos

La etapa de introducción de nuevos alimentos es un proceso en el que el debe haber un gran entendimiento entre la mamá y el bebé. Es un tiempo de observación, pruebas y paciencia. Te damos algunas pautas para que vivas este proceso con la actitud adecuada. 

​- Observación
La mejor guía para llevar a cabo la introducción de nuevos alimentos procede de las señales que el pequeño nos envía. ¿Demuestra interés por el ambiente? ¿Siente curiosidad por las novedades? ¿Sólo chupa el chupete o se lleva a la boca otras cosas? Son señales importantes para decidir si está preparado para iniciar la introducción de nuevos alimentos.

- Introducción gradual 
Es importante introducir los alimentos de una forma gradual, y siempre de uno en uno. De esta manera, no sólo se detectan mejor las señales de posibles intolerancias o alergias, sino que también se concede al niño el tiempo necesario para habituarse al sabor del alimento.

-Paciencia
Prohibido mostrar decepción, irritarse ante un rechazo o insistir obligando al pequeño. Existen muchos motivos de rechazo, y la mamá tendrá que investigarlos y comprenderlos. Tener paciencia también significa no rendirse. Si el niño rechaza un alimento, se le puede volver a ofrecer pasados unos días.

-Intimidad
La introducción de nuevos alimentos, sobre todo, si se produce con dificultades, no debe convertirse en un "caso" que se comente con toda la familia, los vecinos y los conocidos. En este caso, el niño sería el primero en darse cuenta de la situación y lo viviría con angustia.

-Cantidades
El escaso apetito de los hijos es la pesadilla de muchas madres. En realidad, si el niño crece sin problemas, no hay motivo para preocuparse. Con frecuencia, se da demasiada importancia, pero no hace falta mucho para satisfacerlas. Además, hay que tener presente que los lactantes, alrededor de los seis meses, suelen manifestar un cierto grado de inapetencia natural.