domingo, 22 de diciembre de 2013

Mi pelo se me cae, ¿es normal?

En realidad, los cambios hormonales que se producen durante el embarazo hacen que el cabello de la mayoría de las mujeres se vea más sano. Es más común que el cabello se caiga después del nacimiento del bebé, y no cuando estás embarazada. La pérdida del cabello durante el embarazo es bastante poco corriente. 

Hay poca información disponible acerca de la pérdida del cabello durante el embarazo, pero una posibilidad es que el cabello seco se vuelva más seco como consecuencia del aumento de los niveles de progesterona. Si te sucede esto, tu cabello estará más propenso a resquebrajarse y romperse, especialmente en los últimos meses del embarazo. Si se quiebra cerca de las raíces puede dar la sensación de que se te está cayendo el cabello, aunque no sea así. De todas formas, te puede resultar muy molesto. 

Consulta a tu comadrona o médico para asegurarte de que no exista ninguna otra razón que cause el problema, especialmente si padeces una condición médica o tienes unas exigencias dietéticas a largo plazo. 



Mientras tanto: 

  • No te cepilles demasiado el cabello
  • Utiliza un champú suave
  • Ponte en contacto con un peluquero competente para que te asesore
  • Ten cuidado con el uso de productos químicos, como por ejemplo tintes o productos para hacerte la permanente, ya que tu cabello puede reaccionar a los tratamientos de forma distinta a la habitual cuando estás embarazada.

Puedes tener casi la certeza de que tu cabello volverá a la normalidad después del nacimiento de tu bebé, y no hay ninguna razón para pensar que volverá a ocurrir lo mismo en un embarazo futuro. 

¿Debo coger mucho en brazos a mi bebé?

Cristina Silvente, psicóloga perinatal, nos habla de este artículo sobre la importancia de mimar al bebé.

A cualquier madre o padre, algún familiar, o la vecina o cualquier señora que pasea por la calle le ha dejado caer la recomendación: "no cojas al bebé en brazos que se malcrían". Esto no es sólo imposible en bebés que no caminan (cómo lo hacemos para darles de comer siquiera), sino que no se basa en ninguna evidencia científica; es más, no cogerlos podría ser perjudicial para su desarrollo psicológico.

Desde hace décadas, se conocen los efectos del déficit de contacto físico en bebés, especialmente en niños huérfanos y en bebés ingresados. Se conoce como la Teoría del Apego, desarrollada por autores como John Bowlby, Harry Harlow, Mary Ainsworth, entre otros. 
El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño/a con sus cuidadores y le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad. Habla de la necesidad del bebé de estar próximo a su madre, de ser acunado en brazos, protegido y cuidado.

Para quien quiera profundizar más, El amor maternal de Sue Gerhardt tendría que ser su libro de cabecera. Gerhardt, afirma, en base a los conociminentos de neurociencia, que el "bebé, para su desarrollo no necesita ayudas pedagógicas o culturales, sino que es más apropiado, simplemente, cogerlo en brazos y disfrutar de él". Las áreas del cerebro que en el futuro serán responsables del comportamiento social, la regulación emocional, el afrontamiento al estrés se desarrollan durante los primeros años de vida. 

Según hayan sido sus cuidados, lo harán normalmente o de forma deficitaria con implicaciones en su conducta social y su salud mental futura. 
"Las primeras fuentes de placer son el olfato, el tacto y el oído. Sentirse amorosamente en brazos del progenitor es el estímulo más importante para el desarrollo".
Las caricias ayudan a regular el sistema nervioso del bebé. También las miradas son importantes. Según Allan Schore, experto en trauma y alteraciones afectivas, las miradas positivas son el estímulo más importante para el crecimiento de la inteligencia social y emocional del cerebro. Un gran número de experiencias positivas en los comienzos de la vida da lugar a más conexiones neuronales,es decir, mayor rendimiento y habilidad.

Por otro lado, separarse del bebé puede ser una gran fuente de estrés. Dejar llorar a los bebés y no cogerlos sistemáticamente puede ser una fuente de trauma e impedir que se desarrollen estas áreas cerebrales, pudiendo provocar niños más dependientes, con más dificultades de autorregulación, menos capacidades de afrontamiento a situaciones de estrés, menor seguridad en sí mismos.

Son muy interesantes intervenciones en prematuros como el Método Madre Canguro que se está desarrollando en algunos servicios de neonatología en nuestro país. El libro de Adolfo Gómez-Papi El poder de las caricias puede ser un buen complemento.
Desde la Antropología, la Medicina y la Psicología se está dando cada vez más importancia al contacto piel con piel, al llevar a los bebés en brazos o en portabebés, a atender su lloro, más allá de si tiene hambre, sed, tiene el pañal sucio, tiene frío o calor. 

Por lo tanto:
  • Coge a tu hijo en brazos siempre que puedas, o que te lo pida, dé señales o tú lo veas. 
  • Los masajes, el piel con piel, ayudan a su desarrollo psicofisiológico.
  • Mírale con ojos amorosos.
  • Estar cerca le ayuda a crear seguridad e independencia y capacidad para poder explotar más adelante su ambiente.
  • Los bebés siempre lloran por alguna razón, necesitan ser atendidos lo antes posibles.

Fuente: Cristina Silvente (Psicóloga de la Salud y Perinatal) 
              www.cristinasilvente.com

Cómo bajar la fiebre de tu bebé

La temperatura corporal del bebé oscila entre 36,5º y 37,5ºC dependiendo del momento del día. Cuando se eleva por encima de 38º, el bebé tiene fiebre (entre 37,5º y 37,9º se habla de febrícula) y conviene que le explore el pediatra. Si el niño tiene más de 40º o es menor de tres meses y tiene más de 38º o está decaído, llora mucho o no come nada, hay que acudir a urgencias.
La fiebre es un mecanismo de defensa del organismo. En los bebés casi siempre se debe a una infección (la temperatura elevada impide que los gérmenes se multipliquen y la infección avance), aunque puede aparecer también por exceso de calor o falta de líquidos.
Cuando el bebé tiene más de 38º y se encuentra molesto (llora, está inquieto...), conviene tratar de bajar la fiebre con medios físicos o con un fármaco antitérmico.

Consejos para bajar la fiebre del bebé:

1. Ofrécele el pecho o el biberón a menudo. Cuando ya no toma pecho, agua entre tomas, para hidratarlo. La fiebre puede hacer que pierda líquidos rápidamente.

2. Lo primero que hay que hacer es quitarle ropa para evitar que la temperatura de su cuerpo suba más. Un body y una sabanita son suficientes. Si está despierto, puedes dejarlo un rato destapado.
3. Si lo notas muy caliente, puedes dejarlo solo con el pañal, siempre que el cuarto esté caldeado y no haya corrientes. Túmbalo sobre una toalla y desvístelo con mucha suvidad.
Bien hidratado


4. Para bajarle la temperatura aplícale paños húmedos en la frente, las muñecas, las ingles, los brazos y las extremidades.
Bien hidratado
5. Déjale los pañitos húmedos puestos durante un par de minutos.
Bien hidratado
6. El baño de agua tibia se desaconseja en los bebés pequeñitos porque el cambio brusco de temperatura puede bajarles la tensión. Es mejor refrescarle las extremidades (nunca el cuerpo) con una esponja húmeda.
Bien hidratado
7. Si el pediatra aconseja un antitérmico, intenta dárselo justo antes de la toma para que no lo eche si regurgita. El ibuprofeno se debe tomar con la comida, porque puede irritar el estómago.
Bien hidratado

Terapia musical para bebés prematuros


Un estudio apunta que la medicina puede beneficiar a los bebés prematuros en su desarrollo.

Un estudio hecho en 11 hospitales mostró que la música puede ser benéfica para los bebés prematuros. Los investigadores concluyeron que  ayuda a disminuir la velocidad de los latidos, calmar la respiración, mejorar capacidades para mamar, ayudar al sueño y proveer de tranquilidad a los recién nacidos, en suma ayuda a los prematuros a dirigir más energía hacia su desarrollo.
En algunos hospitales de Estados Unidos, se cree que la música puede ser tan efectiva y más segura que sedar a los bebés para procedimientos como monitoreo del cerebro o sonogramas cardiacos. Varios especialistas en neonatos afirman que los pequeños que reciben terapia musical dejan el hospital más rápido.
El Dr. Thomas Truman, director del cuidado intensivo neonatal y pediátrico del Tallahassee Memorial Hospital de Florida, dijo que los bebés a quienes les ponían música “se van más rápido por lo menos un par de días comparado con los bebés que no reciben terapia musical. La música los ayuda a reducir sus niveles de estrés y pueden dedicar más de su oxígeno y calorías a desarrollarse y crecer. Una de las razones podría ser que la música es un sonido organizado y armonioso frente al ruido que hay en el hospital como maquinaria, rondas de médicos de hasta 12 personas, ventiladores, el oxígeno, etcétera.
El estudio de dos años separó los elementos musicales –ritmo, melodía, timbre– para observar los efectos en los latidos, respiración, reflejo de mama, estado de alerta y sueño.
Durante dos semanas 272 prematuros fueron a varias sesiones musicales de dos instrumentos y cantos. “Se intentó que la música de los instrumentos y los cantos de canciones de cuna se aproximaran un poco a los sonidos del vientre.” Ritmos de dos tonos, como el cardiaco, fueron tocados en una gato box, un tambor de madera rectangular. 
También se agregaron sonidos de marea y palos de lluvia.
No sólo se estudiaron los signos vitales de los bebés mediante los monitores, también se observaron atentamente en el bebé signos como el movimiento de los ojos y la inhalación y exhalación reflejada en el movimiento del pecho.
Los investigadores encontraron que con la gato box, los sonidos de marea y el canto se disminuyó la velocidad de los latidos de los bebés. El reflejo de mama mejoró con el sonido de la gato box y la agitación en la respiración y el sueño mejoraron con los sonidos de marea.


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