miércoles, 4 de diciembre de 2013

La preeclampsia o toxemia del embarazo

Es una condición médica caracterizada por hipertensión y aparición de proteínas en la orina. Se manifiesta a partir de la semana 20 del embarazo, durante el parto e incluso con posterioridad al nacimiento del bebé… 

 La combinación de estos dos factores mencionados, permite diagnosticar esta dolencia que padecen alrededor de un 6% de las futuras madres

Se cree que la toxemia del embarazo se debe a la hipertensión de los vasos sanguíneos de la gestante cuando la placenta  no llega a desarrollarse normalmente.


Esta enfermedad puede desenvolverse de manera progresiva o surgir repentinamente durante las etapas finales del embarazo; además, sabemos que presenta distintos grados de riesgo, dependiendo de los niveles de hipertensión y de proteínas en orina



Por lo general, las mujeres que están cursando su primer embarazo son más proclives a sufrir preeclampsia, mientras que en el segundo embarazo la incidencia de la toxemia gravídica disminuye notablemente. 

¡¡IMPORTANTE!!
 La obesidad y tener más de 35 años son factores de riesgo para la preeclampsia.


Síntomas y diagnóstico de la preeclampsia en el embarazo


Los principales síntomas de esta enfermedad están especialmente relacionados con la hipertensión arterial y la elevada concentración de proteínas en la orina. 

Además, se observa inflamación del rostro, especialmente en el contorno de los ojos, y las extremidades. Dolor de estómago, náuseas y vómitos, así como aumento de peso superior a dos kilos por semana y alteración del pulso son también signos que alertan acerca de la presencia de la toxemia gravídica. 


En cuanto a su diagnóstico, la presión arterial con valor sistólico de 140 o superior y diastólico mayor a 90,  junto a la detección de proteinuria en orina indican la posibilidad de estar frente a un caso de preeclampsia. Debido a que tanto la presión arterial como los niveles de proteínas pueden variar en los distintos momentos del día, estos controles suelen ser repetidos en diferentes horarios para poder llegar a una conclusión acertada. 

Si a los resultados de estos exámenes se agregan los síntomas antes mencionados, el médico podrá determinar con mayor seguridad la existencia de la enfermedad.


Depresión postparto (parte I)

Muchas mujeres sienten melancolía o tristeza después de haber dado a luz. Pueden sentir cambios en el estado de ánimo, sentirse ansiosas o abrumadas, sufrir crisis de llanto, pérdida de apetito o dificultad para dormir. Pero esto, generalmente, desaparece en unos días o una semana y los síntomas no son graves ni necesitan tratamiento.
Sin embargo, los síntomas de la depresión postparto duran más tiempo y son más graves

La depresión postparto consiste en el desarrollo de una depresión de la madre tras el nacimiento de su hijo. A veces esta depresión puede tener una fácil explicación, buen porque el hijo no ha sido deseado o porque no es lo normal. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones la depresión no parece tener sentido: "Deseaba tanto tener este hijo y ahora que lo tengo me siento completamente desdichada", "¿Qué me está pasando?", "El parto fue magnífico, mejor de lo que esperaba, y todo el mundo se portó maravillosamente conmigo. Debería estar dando saltos de alegría", "Tenía miedo que el bebé tuviera algún defecto al nacer, pero es perfecto", "Entonces, ¿Por qué no lo estoy disfrutando?, quizás no valgo para ser madre".

Estas mujeres NO SON UNAS DESAGRADECIDAS NI UNAS MALAS MADRES sino que están experimentando una de las complicaciones más frecuentes del parto, un trastorno que todavía sufren en silencio un gran número de mujeres.

¿Con qué frecuencia aparece?

La depresión postparto es una de las enfermedades más frecuentes tras dar a luz ya que afecta a una de cada diez mamás. Si no se trata adecuadamente puede perdurar meses e incluso años.

¿Qué síntomas se presentan?

Tristeza

La tristeza es el síntoma más frecuente de la depresión postparto. Las madres se sienten infelices, bajas de ánimo y desgraciadas la mayor parte del tiempo, aunque estos síntomas pueden llegar a empeorar en algún momento del día, como por la mañana o por la tarde. 
A veces a las pacientes les parece que no merece la pena vivir, precisamente en unos momentos en los que se deberían sentir inmensamente felices.

Irritabilidad

La irritabilidad suele estar asociada a la tristeza. La madre suele estar irritable con aquellos que la rodean, pero sobre todo, lo está con su marido quien no entiende lo que está pasando.

Fatiga

Todas las nuevas madres se sienten fatigadas y un poco abrumadas, pero la madre con depresión postparto se siente tan agotada que llega a pensar que tiene alguna enfermedad física.

Pérdida de apetito

Las madres deprimidas generalmente no tienen ni tiempo ni ganas de comer lo cual contribuye a que se sientan malhumoradas y agotadas. Otras mamás con el mismo problema, lo que hacen es comer en exceso para aliviar su malestar psicológico, lo que les lleva a sentirse mal consigo misma y con su gordura.

Incapacidad para disfrutar

Lo que antes gustaba ahora no apetece y lo que antes interesaba ahora se convierte en aburrido. Esto es especialmente así en las relaciones sexuales. Algunas mujeres recuperan el interés por el sexo (si alguna vez lo perdieron) antes de las 6 semanas tras dar a luz. Sin embargo, las madres con depresión postparto suelen rechazar cualquier tipo de contacto sexual pudiendo crear tensión así en la pareja.

Desbordamiento

En estos casos en los que se sufre depresión postparto, la mamá siente que no tiene tiempo para nada y que todo lo que hace lo hace mal. Debido a esto, les es muy complicado establecer nuevas rutinas para hacer frente al bebé y la nueva situación que viven.

Ansiedad

Suele ser aguda y se puede presentar en forma de temor a quedarse sola con el bebé por miedo a que este grite, no quiera comer, se ahogue, se caiga o se haga daño de alguna forma. 
Algunas mamás perciben a su bebé como un objeto, en vez de sentir que han dado a luz a la criatura más maravillosa y tierna del mundo. Se sienten distante de su hijo, al cual perciben como un pequeño ser misterioso y extraño, cuyas necesidades y emociones deben ser de algún modo satisfechas. 
La tarea de la nueva madre que aún no se ha "enamorado" de su pequeño es realmente dura. Sin embargo, el amor surge al final, cuando el niño es más mayor y más interesante.

No obstante, la depresión postparto puede desarrollarse aún cuando el amor por el bebé es intenso. En estos casos, la madre teme desesperadamente perder su hijito por no cuidarlo bien, porque no se desarrolle adecuadamente, por alguna infección o bien teme que muera súbitamente (muerte súbita del recién nacido). Un simple catarro puede causar una gran preocupación. 
La madre puede obsesionarse por el peso del bebé y alarmarse si llora demasiado o incluso si pasa un tiempo en silencio, llegando a pensar ¿habrá dejado de respirar?

La ansiedad también puede hacer que la madre se preocupe por su salud. Puede sentir pánico cuando su pulso se acelera o si siente alguna palpitación, llegando incluso a pensar que tiene algo malo en el corazón o que está al borde de un accidente cerebrovascular. En ocasiones se siente tan debilitada que piensa que tiene alguna enfermedad terrible y que nunca volverá a tener energía de nuevo. Estas sensaciones extrañas e inusuales le harán plantearse la pregunta ¿Me estoy volviendo loca? La respuesta es NO.

El temor a quedarse sola con todas estas preocupaciones puede dar lugar a que la madre se sienta tan indefensa que no quiera que su marido o compañero acuda al trabajo.

Mañana os continuaré hablando sobre este tema, resolveremos las dudas de ¿cuándo ocurre?, ¿por qué ocurre?, ¿maltratan estas madres a sus bebés?, y muchas cosas más.

¿Qué pasa si rompo aguas en público?

Romper aguas es la denominación coloquial de la ruptura de  la bolsa de líquido amniótico a causa de la fuerte presión que ejerce el feto sobre sus membranas por las contracciones.Suele ocurrir  antes del parto o durante la fase de dilatación.

Te darás cuenta  de la  rotura de las membranas de la bolsa  amniótica cuando  descienda  por tu vagina un  líquido acuoso, abundante, inodoro y claro.


Romper aguas en público: poco probable, pero no imposible.
Aunque no es lo más habitual, puede suceder (1 de cada 4 mujeres), porque a muchas mujeres les pasa, pero lo más común es que primero empiecen las contracciones y un rato después la mujer rompa aguas (o no, hay mujeres que no llegan a romper aguas hasta el parto, y otras, una minoría, ven como su bebé nace con la bolsa intacta.

La cantidad de líquido amniótico que puede llegar a expulsar una mujer en ese momento es variable, aunque suele ser poca cantidad porque la misma cabeza del bebé actúa de tapón y no sale todo de golpe si no que va saliendo poco a poco.



¿Hay que correr al hospital?
Como lo habitual es romper aguas después de iniciarse las contracciones podría surgir esta pregunta:¿hay que correr al hospital? La respuesta es un depende. Depende del momento de gestación y depende de cómo sean las aguas. Si las aguas están teñidas sí es recomendable ir directamente al hospital. Si son claras no hay tanta premura. Con respecto al tiempo de gestación, lo mismo. Si es a partir de las 38 semanas de embarazo no hay demasiado peligro. Una vez se rompen aguas las contracciones suelen comenzar enseguida.

Si las contracciones no se iniciaran, por el riesgo de infección ascendente que existe sería recomendable llamar al ginecólogo o matrona o bien acudir al hospital para que valoren cuál es el mejor modo de proceder. En ocasiones deciden esperar un poco (normalmente hay un tiempo de margen), aunque en otras ocasiones pueden decidir provocar el parto para evitar el mencionado riesgo de infección.


Seguir leyendo

Enfermedad Hemolítica del Recién Nacido


¿QUÉ ES?

Es un trastorno que se produce cuando los grupos sanguíneos de la madre y del feto son incompatibles, o bien cuando la sangre materna posee el factor Rh- y la sangre del feto es Rh+.

El factor Rh es un antígeno (aglutinógeno) que está en la membrana plasmática de los glóbulos rojos.

El 85% de las personas poseen el factor Rh, es decir el aglutinógeno de membrana, siendo entonces Rh positivas (Rh+). El 15% restante corresponde a las personas que carecen del factor, por lo que son Rh negativas (Rh-).


Cuando se transfunde sangre Rh+ a un individuo Rh-, este último reacciona contra los antígenos de membrana generando anticuerpos (aglutininas) anti Rh. Este proceso demanda algún tiempo, ya que no es inmediato. 
Ante una nueva exposición de sangre Rh+, el individuo Rh- sensibilizado durante la primera vez reacciona rápidamente contra los eritrocitos del donante Rh+ destruyéndolos, es decir, ocasionando una hemólisis de grado variable según sea la concentración de sangre transfundida. En este ejemplo, el receptor reacciona contra la sangre del dador a la que reconoce como extraña. 

Este fenómeno también ocurre cuando se enfrentan sangres incompatibles de los grupos A -B - O. 
Cuando el receptor es Rh+ y el dador es Rh- no hay reacción, ya que este último no posee aglutinógenos en la membrana de los eritrocitos.





La eritroblastosis fetal se presenta en aquellos casos en que una mujer con factor Rh- está gestando un feto con factor Rh+ y accidentalmente los eritrocitos fetales toman contacto con la sangre materna, por ejemplo, tras una caída, toma de muestras de sangre directamente del cordón umbilical, por un aborto o un examen prenatal invasivo.

COMO CONSECUENCIA....



se producirá una reacción con producción de aglutininas maternas anti Rh y consecuente destrucción de glóbulos rojos del feto. Ello es debido a que los eritrocitos maternos consideran extraños a los eritrocitos fetales. 
Teniendo en cuenta que la formación de anticuerpos, como ya se dijo, demanda un tiempo relativamente largo, es posible que el feto no sufra consecuencias o bien nazca de manera prematura. La situación planteada dejó sensibilizada a la madre contra los aglutinógenos Rh+. Si con el tiempo sucede otro embarazo de un feto factor Rh+, los anticuerpos antes generados atraviesan la placenta para combatir los eritrocitos Rh+ fetales, ocasionando diversos trastornos que van desde una leve ictericia por aumento de bilirrubina en sangre hasta un cuadro grave de anemia por destrucción de glóbulos rojos (hemólisis) que puede ocasionar un aborto espontáneo.


La mujer puede también quedar sensibilizada al momento del parto, donde se desprende la placenta y los glóbulos rojos del bebé Rh+ toman contacto con los de la madre Rh-. 
El niño nace normalmente, pero la madre queda inmunizada con aglutininas anti Rh que entrarán en acción ante una futura gestación de un feto Rh+. En estos casos, la enfermedad se denomina enfermedad hemolítica del recién nacido.

SIGNOS Y SÍNTOMAS
DURANTE EL EMBARAZO

  • - Con amniocentesis, el líquido amniótico puede tener coloración amarillenta y contener bilirrubina.
  • - La ecografía del feto muestra hepatomegalia, esplenomegalia, cardiomegalia y una acumulación de líquido en el abdomen.
EN EL RECIÉN NACIDO

- Anemia de grado variable, con posible palidez de la piel.
Una anemia pronunciada pone en riesgo la oxigenación y la provisión de nutrientes a todos los tejidos del niño. La gravedad de la enfermedad hemolítica del recién nacido puede, en determinadas ocasiones, provocar la muerte del bebé.


- Coloración amarillenta de la piel y las mucosas
(ictericia) a las horas del nacimiento.






- Aumento del tamaño del hígado (hepatomegalia) y del bazo (esplenomegalia)





- Edemas generalizados y trastornos respiratorios.


Diagnóstico, tratamiento de la Enfermedad Hemolítica del Recién Nacido



Os pongo este vídeo para que os informéis  mejor sobre el factor Rh y la Enfermedad hemolítica del recién nacido