El líquido amniótico en el que flota el feto durante el embarazo contiene una gran cantidad de células fetales: las que se han desprendido de su piel, pero también células del intestino y de los riñones, porque el bebé vierte sus excreciones en este fluido. La amniocentesis es una de las pruebas más utilizadas para analizar todas estas células que flotan en el líquido amniótico y así determinar si el feto presenta algún tipo de irregularidad cromosómica.
La AMNIOCENTESIS consiste en la extracción de liquido amniótico mediante una punción con una aguja a través de la pared abdominal de la madre, atravesando la pared uterina y la bolsa amniótica para llegar al líquido amniótico. La intervención se controla mediante ecografía, así se dispone del control visual del recorrido de la aguja en el interior del cuerpo materno, la posición de la placenta y el lugar que ocupa el feto en cada instante de la prueba. El médico recoge entre 20 y 25 mililitros de líquido, de donde extraen y analizan los cromosomas.
¿Cuándo se aconseja realizar esta prueba?

Otras indicaciones podrían ser en el caso de haber tenido un antecedente de un hijo o feto afecto de una anomalía cromosómica o cuando los padres son portadores de una alteración cromosómica.
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