viernes, 6 de diciembre de 2013

Depresión postparto (parto III)

¿Qué puede hacerse?

Muchas cosas, pero lo primero es RECONOCER Y DIAGNOSTICAR LA DEPRESIÓN.

Muchas madres deprimidas no son conscientes de que tienen una enfermedad y se sienten avergonzadas de tener que admitir cómo les ha afectado su reciente maternidad. Algunas pueden llegar a creer que si dicen como se sienten realmente puede que les quiten a su hijo (esto NO va a ocurrir). Algunos médicos y enfermeras están preparados para reconocer la depresión postparto ya que conocen su existencia y se esfuerzan por detectarla, sin embargo, otros profesionales lo pasan por alto o incluso no le dan importancia.

En la actualidad existe un mayor concienciación para el reconocimiento y tratamiento de la depresión en general y la depresión postparto no debe ser una excepción.

Una vez que se sospecha la presencia de este trastorno, hay que animar a la mamá para que exprese como se siente realmente tras el nacimiento de su bebé. Si manifiesta sentirse triste, desgraciada, irritable, incompetente, asustada y desinteresada por el bebé, debe aceptarse esto con una actitud comprensiva, no con alarmas y reproches.

El decirle a la madre que lo que está pasando es consecuencia de que tiene una enfermedad llamada depresión postparto suele ser de gran ayuda, ya que por lo menos sabrá a qué tiene que enfrentarse. La depresión postparto es muy frecuente y si se pone tratamiento, sin duda mejorará. Hay que advertir a la paciente que el tratamiento necesitará su tiempo para hacer efecto y que será necesario el concertar algunas citas para que reciba el apoyo necesario hasta que se recupere.

En este momento es importante el involucrar a la pareja de la paciente de forma que él pueda comprender qué es lo que ha estado pasando. Posiblemente él sea quién mejor pueda ayudar a la paciente, aunque también necesitará algo de apoyo para sí mismo, especialmente si es el primer hijo de la pareja y si se ha sentido desplazado tras su llegada. El marido de la paciente también se sentirá aliviado por el diagnóstico y por recibir consejos sobre cómo actuar. 

¿Qué pasa con el tratamiento?

La oportunidad de poder hablar tranquilamente con un interlocutor simpático, comprensivo y no crítico, que puede ser un amigo, un familiar, un profesional o cualquier otra persona, puede significar una gran ayuda para la madre.

Los tratamientos psicológicos más especializados tales como la psicoterapia (mediante la cual intentará comprender la depresión en términos de lo que ocurrió en el pasado) y la terapia cognitiva (que intentará hacerle sentir más positivo sobre sí mismo) constituyen también una gran ayuda y pueden ser solicitadas por su médico de cabecera a los profesionales de la Unidad de Salud Mental que le corresponda. 

¿Qué pasa con las pastillas?

Los médicos de cabecera no siempre prescriben tratamiento farmacológico para sus pacientes con trastornos emocionales. Sin embargo, en ocasiones la naturaleza de la depresión es tal que hace necesario un tratamiento con fármacos antidepresivos. Estos medicamentos:
  • No son tranquilizantes ni estimulantes.
  • No son adictivos, no crean dependencia.
  • Necesitan dos semanas o más para empezar a hacer efecto.
  • No hacen necesario el suspender la lactancia materna ya que entre los muchos antidepresivos disponibles existen algunos que no pasan a la leche materna y por tanto no afectarán a su hijo en absoluto.
  • Necesitan ser mantenidos durante al menos 6 meses tras la depresión para reducir el riesgo de recaída.
A muchas mujeres les parece más atractiva el tratamiento con hormonas en lugar de con antidepresivos ya que consideran a éstas más naturales. Sin embargo, las evidencias disponibles sobre su eficacia son cuestionables y además no están exentas de efectos secundarios.

La progesterona parece que funciona mejor en supositorios, mientras que los estrógenos se aplican actualmente en forma de parches en la piel. No existe duda de que muchas mujeres creen que el tratamiento hormonal que han recibido les ha beneficiado, pero todavía está por demostrar que este sea algo más que un placebo, es decir que la curación se produce más por la esperanza puesta en el tratamiento que por el propio tratamiento en sí. 

¿Qué pasa si no se trata?

La mayoría de las mujeres suelen mejorar en algún grado al cabo de semanas, meses o incluso uno o dos años. Sin embargo, esto es a costa de un gran sufrimiento injustificado. La depresión postparto hace de la maternidad una mala experiencia y dificulta la relación entre la pareja. De forma que lo mejor es detectar lo antes posible este trastorno para tratarlo precozmente.

¿Puede prevenirse la depresión postparto?

SI. Existen tres formas de prevención: detectar precozmente el trastorno, tratarlo rápidamente y evitar sus consecuencias.
  • No intente ser una supermujer. El tener un hijo es un trabajo que puede exigir dedicación exclusiva, de forma que durante su embarazo intente reducir sus compromisos (si trabaja, asegúrese de que se alimente de forma suficiente y con regularidad y ponga los pies en alto durante la hora de la comida).
  • No se mude de casa mientras esté embarazada o hasta que su hijo no tenga seis meses.
  • Haga amistad con otras parejas que estén esperando un hijo o que lo hayan tenido recientemente. Entre otras cosas, esto le posibilitará el disponer que alguien pueda cuidar de su hijo cuando lo precise.
  • Vaya a clases preparto y lleve a su pareja.

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